Estaba un día yo en facebook leyendo tonterías cuando... al Deportivo Toluca Futbol Club se le ocurrió publicar que harían dos concursos para conmemorar el hecho de haber alcanzado más de cien mil seguidores ahí mismo.
Uno de los concursos, aunque el premio era llamativo, decidí no participar ya que la forma de decidir al ganador era muy subjetiva. El otro en cambio ofrecía un premio muy diferente pero igualmente muy llamativo - obvio para alguien que le gusta el fut y le va al Toluca - y lo mejor es que la forma de elegir a un ganador era en cierta forma más justa.
El chiste del concurso era escribir una historia contando cómo habíamos vivido un campeonato del Toluca. El objetivo era narrar una historia muy emotiva que demostrara esa pasión y todo lo que se genera al estar en una final de campeonato.
Y entonces me dije a mí mismo "oye pues... total, vamos a escribir algo y si ganamos genial y si no... ya no quedó en nosotros" -- sí, así es, suelo hablar conmigo así en tercera persona, me ayuda a razonar y entender algunas cosas de este universo que nos rodea y... sí bueno, el caso es que escribí mi historia, me saqué mis fotos correspondientes que también solicitaban y la mandé sin esperanza alguna, pero con la certeza que había hecho lo mejor posible por ganar (el premio por cierto era una playera de la temporada actual "Apertura 2012" autografiada por todo el plantel)
Y hablando de historia y concurso, ésta es la que mandé - y es totalmente verídica dicho sea de paso -
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Gracias a tantas emociones en cuestión de minutos, resulta
imposible olvidar la final del Torneo Bicentenario 2010, incluso para aquellos
que no son aficionados a los equipos de Toluca o Santos. Mi sufrimiento en las
gradas al ver cómo Antonio Naelson “Sinha” fallaba un penal y la alegría cuando
Matías Vuoso hacía lo mismo, sosteniendo mi playera roja entre las manos, al
igual que todos los que se encontraban a mi lado en la “Perra Brava” sin dejar
de sufrir, gritar y apoyar, no se puede comparar con lo que viví dos años
atrás:
Final
Toluca vs Cruz Azul Torneo de Apertura 2008.
Diciembre de 2008, es un mes que nunca olvidaré. Después
de muchos sacrificios personales y familiares, lograba la culminación de mis
estudios como Arquitecto. Y que mejor recompensa para alguien que ama el
futbol, que poder festejar asistiendo a la gran final del equipo al que se apoya
incondicionalmente, en mi caso por supuesto el Toluca. Pero hacía falta una
pequeña sorpresa más. Parte del festejo familiar por mi graduación, era irnos
de vacaciones a Miami y pasar la Navidad y Año Nuevo con uno de mis hermanos
que en ese entonces vivía allá. ¿Qué podía ser mejor que todo eso combinado?
Recibir mi título como Arquitecto, irme de vacaciones a Miami, y poder estar
nuevamente en una final del Toluca.
Llevo años asistiendo al estadio Nemesio Diez. Cada verano
adquiero mi abono de Sol para evitar las filas y decepciones que sufrí durante
mucho tiempo al estar formado por horas y no conseguir boleto. No había faltado
a ningún partido y estaba listo para disfrutar una final más y poder quitarme
la playera con el grito del primero gol.
Sin embargo no contaba con un pequeño inconveniente. Por
cuestiones de costos, mi hermano había adquirido mi boleto de avión con mucha
anticipación y él simplemente no considero que el Toluca llegaría a una final
más, ni mucho menos la fecha en que ésta se jugaría.
La hora marcada en el boleto decía: “Domingo 14 de
Diciembre a las 12:00pm. Tiempo estimado de vuelo: 2 horas” Parecía una broma,
el vuelo de mis vacaciones no sólo era el mismo día de la final, también era a
la misma hora y duraba lo mismo. El árbitro haría sonar su silbato para
arrancar el partido y despegar mi avión, y luego una vez más para terminarlo y
aterrizar.
Por supuesto que no había forma de cambiar el vuelo,
debía irme con mi hermano ese día pues él tenía trabajo el lunes
inmediatamente, el resto de mi familia (mis padres y otro hermano) nos
alcanzaría una semana después, así que lo primero que pensé fue cederle mi
abono a mi otro hermano, también aficionado al Toluca. Era una mezcla de
emociones.
Finalmente llegó el día y la ciudad estaba paralizada.
Toluca llegaba con una ventaja de dos goles (gracias al Amaury Ponce y Paulo Da
Silva) todo estaba listo para derrotar al Cruz Azul y no sólo ganar un título
más, sino alcanzarlo en el número de campeonatos. Y mientras todos preparaban
la comida, los festejos y llenaban cada rincón del estadio, yo estaba en el
Aeropuerto Internacional de Toluca registrando mis maletas y esperando nos
dejaran abordar el avión.
Y sonó el silbato del árbitro y nuestro avión despegó. Yo
hacía lo posible por lograr sintonizar a través de una radio en mi celular el
partido y poder escucharlo durante el vuelo. Se escuchaba perfecto, la
narración de cómo los dos equipos llegaban al área, atajadas, disparos de
Mancilla, de Villaluz y de pronto… silencio. Iban cerca de 35-40 minutos y se
murió la radio, ya no podía recibir señal, los sonidos eran esporádicos
“Toluca… falta de… tiro de esquí… ¡buen disparo!” El nervio y la emoción eran
una misma sensación, fragmentos cortos del partido se alcanzaban a escuchar
hasta que sonó “centro por la banda… remate… gol de Vela” y sólo pensaba no
pasa nada, y así fue, no pasó nada hasta que media hora después alcancé a
escuchar “se empató el global” No lo podía creer, el tiempo extra era evidente
y yo ya estaba en Miami. Pero quedaba algo más y eso era pasar la aduana. Los
nervios de entrar al país, revisiones, la entrevista con el oficial y por
supuesto no saber qué ocurría a lo lejos en mi casa, en mi infierno. Ya no
tenía radio, pero aún contaba con un servicio en mi celular para conocer los
resultados. Mensaje tras mensaje en el
tiempo extra. ¿Todo seguía igual? No, no era así, una vez más Toluca definía una
final en penales y mi confianza en Cristante era enorme, pero los nervios eran
evidentes también.
Nos acercábamos cada vez más para pasar con el oficial y
yo sólo veía mensajes que decían gol tras gol sin fallar de cada equipo. Tocó
la entrevista y no hubo problema, nos dieron la bienvenida al país. Ahora sólo
faltaba algo y eso era saber qué ocurría con los penales. Mi cuñada, que
curiosamente le va al Cruz Azul, marcó a su casa para avisar que ya habíamos
aterrizado y de paso saber qué ocurría con la final. De su boca escaparon las
palabras “entonces se acabo ya… sé que se fueron a penales… ok” Y yo pregunté
¿qué, qué, dime qué pasó? – “Perdió Cruz Azul, Cristante paró un penal al
final” No podía estar más feliz, Toluca era campeón y toda una ciudad
festejaba, al igual que dos aficionados solitarios en pleno Aeropuerto. Ese
día, sin duda el balón rodó a nuestro favor.
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Y listo, así pasó aquel día, aunque obviamente por cuestión de "requisitos" o bases del concurso, no pude explayarme más en algunos detalles.
Y siempre sí decidí subir un par de imágenes que mandé, en total fueron 4 pero con estas basta.
¡Diablos! |
Cuento con muchísimos, de verdad cientos de periódicos que van desde partidos simples hasta finales y notas especiales. Se alcanza a ver además gorras, bufandas, una toalla, shampoo, banderín, taza, vaso, libro y por supuesto E.T. el Extraterrestre con su playerita del Toluca.
Un tipo ahí posando con mis cosas. |
Aquí salen las playeras (poquitas, nomas son 13 incluyendo la puesta) y la colección de boletos de temporadas pasadas antes de que comenzara a comprar mis abonos - los cuales se ven en el cojín negro y el actual en mi mano - además de un par de posters, la chamarra, y ah sí, todo encima de mi cobija del Toluca, en fin que acá nunca hace frío. También sale E.T ahí pasándola casualmente.
Tengo más cosas pero entre que ya no cabían o eran muy pequeñas pues ya no le vi mucho caso ponerlas en las fotos.
Lo curioso de toda esta historia, es que al final... sí gané o_o - Y aunque aún no recibo mi playera (al momento de escribir esto) la historia fue publicada en su revista web mensual - de agosto obvio - y se puede también leer por acá: "Diablos Rojos Web Magazine". Tiene un detalle solamente, la historia publicada está ligeramente modificada, fue editada en algunas palabras o enunciados. Quiero creer que fue por cuestiones de espacio. Al final ni me importa realmente, la historia quedó casi íntegra y lo mejor es que no la regaron con mi nombre... además aquí se puede leer completita tal cual la mandé.
Lo curioso de toda esta historia, es que al final... sí gané o_o - Y aunque aún no recibo mi playera (al momento de escribir esto) la historia fue publicada en su revista web mensual - de agosto obvio - y se puede también leer por acá: "Diablos Rojos Web Magazine". Tiene un detalle solamente, la historia publicada está ligeramente modificada, fue editada en algunas palabras o enunciados. Quiero creer que fue por cuestiones de espacio. Al final ni me importa realmente, la historia quedó casi íntegra y lo mejor es que no la regaron con mi nombre... además aquí se puede leer completita tal cual la mandé.
Y en palabras de Don Nemesio Díez "Que el balón ruede a nuestro favor"
-yo-
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